Los buenos filtros de habitáculo son obras maestras de la tecnología. Evitan que penetren en el interior del vehículo el polvo, el polen e incluso los olores. Puesto que el aire se introduce activamente en el habitáculo, la concentración de sustancias nocivas en el interior de un vehículo sin filtro de aire sería seis veces mayor que al borde de la carretera. Por esta razón debemos poder confiar en que el filtro funciona perfectamente.

¡La calidad marca la diferencia!

Los filtros de habitáculo de alta calidad tienen una duración de al menos un año o una distancia recorrida de 20 000 kilómetros y un grado de separación del > 99,5% (casi el 100%), por lo que deben ser capaces de acumular una gran cantidad de polvo a lo largo de un periodo prolongado. Ahora bien, existen filtros que presentan una superficie de filtrado de 0,25 m², mientras que en otros filtros esta es de hasta 0,6 m²: es fácil imaginarse la diferencia en el rendimiento.

Es obvio que el espacio de montaje suele ser limitado, por tanto son importantes tanto el material como la geometría de los filtros. Los filtros de fieltro, por ejemplo, pueden doblarse de forma que una superficie grande ocupe un mínimo de espacio. No obstante, cada pliegue requiere cierto espacio para que el aire sucio pueda acceder al interior del mismo. La distancia entre una punta del pliegue y la otra suele ser de 5 mm.

Los fabricantes de filtros de habitáculo de alta calidad como MAHLE prescinden además de adhesivos que, en caso de temperaturas elevadas, pueden emitir gases nocivos hacia el habitáculo.

¿Cómo se detecta si un filtro de habitáculo funciona?

Si el ventilador está ajustado al máximo y aun así no entra aire a través de las rejillas de ventilación, es necesario cambiar el filtro de habitáculo cuanto antes. El medio de filtrado está excesivamente obstruido y ya no deja pasar el aire. De esta manera se genera una gran presión que puede llegar a dañar todo el sistema de ventilación.

Los filtros de MAHLE obtienen las mejores calificaciones

MAHLE prueba la capacidad de almacenamiento de polvo de medios y geometrías de filtrado de nuevo desarrollo en un canal de flujo expresamente diseñado para ello. En él, el elemento filtrante se somete de manera selectiva a cargas de polvo fino y grueso y se expone a diferentes resistencias al aire durante un recorrido simulado de 20 000 kilómetros.

Conclusión: un cambio periódico del filtro protege tanto a los pasajeros como a la máquina.